sábado, 6 de abril de 2013

Red umbrella

El aire se colaba  por debajo de las puertas, sonando cuando las rendijas eran demasiado pequeñas. La oscuridad entraba por las ventanas, pues las nubes no dejaban ver el sol, y la lluvia azotaba los cristales con violencia, como queriendo desgarrarlos con cada gota. Más allá de las paredes de las casas, la ciudad estaba empapada, y sus habitantes se resguardaban como podían debajo de sus paraguas. Muchos corrían para resguardarse, otros tantos evadían las gotas de agua sentándose en un bar a tomar un café caliente, pero todos intentaban pisar las aceras el menor tiempo posible.
La avenida se quedó vacía, solo una joven pareja permaneció en ella, ajenos a la tromba que caía sobre su pequeño paraguas rojo. Parecía una despedida, pues en sus caras se veía que ya se estaban echando de menos, y sus labios se negaban a separarse, conscientes de que el tiempo que pasarían separados les parecería una eternidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario