¡Menuda tormenta se ha montado en mi cabeza! Las ideas fluyen chocando unas contra otras aceleradas y mis dedos no dan abasto para transcribirlas a un papel, o al menos con un orden lógico. Siempre se espabilan las ideas y empiezan a corretear zarandeando a los sentimientos y despertando como con un cubo de agua fría a la inspiración cuando la lluvia cae tras los cristales de mi ventana, cuando las gotas chocan contra el suelo, salpicando a su alrededor, sin importarles que tu formes parte de ese entorno, y puedan mojarte, cuando el cielo se cierra en banda impidiéndote ver la luz del sol, y cuando apenas se ven las montañas envueltas en una densa capa de niebla.
Pero conforme voy escribiendo siento los dedos golpear las teclas al son de la la lluvia, en compases de cuatro por cuatro, las palabras empiezan a cobrar sentido, y se reorganizan solas, como si llevaran su propio código genético que les permitiera estar en el lugar indicado y en el momento indicado, en la cantidad precisa, sin excesos ni escasez.
Todo sigue un suave ritmo, hasta que la tormenta cesa dentro y fuera de mi cabeza, y cuando el suelo está seco, puedo volver a pensar con claridad, a la espera de una nueva tempestad.
Te viá decí... Give me güeco, que yo habiendo güeco, yo ya... yo ya...
ResponderEliminarYo no entender... jajajaja, ¿a qué ha venido eso? xD
ResponderEliminarno sé, me ha salido del alma 8)
ResponderEliminarpor cierto, lo del monólogo de Goyo Jiménez, no es que lo haya visto recientemente, pero mientras escribía me he acordado, me ha hecho graci y me he empezado a partir, por eso lo he puesto jujujuju