Es en días como hoy que me haces más falta. Es en horas como ésta, en las que todo está callado, en las que nada ocurre, en las que los pensamientos se van por las ramas, en las que me acuerdo de tu energía y me siento sola. Porque cuando estabas siempre había música en mi vida, siempre había sonrisas por simples gestos, siempre había unos oídos dispuestos a escucharme y unos ojos dispuestos a mirarme, aunque no supieran lo que estaban viendo ni entendieran lo que estaban escuchando, y los pensamientos permanecían enjaulados sin llegar a lugares donde pudieran hacerme daño. Cuando estabas, cada día era la oportunidad de descubrir algo nuevo, de aprender y de dar y recibir cariño incondicional.
Pero te fuiste, y hace tiempo que mi rumbo está ligeramente perdido, hace tiempo que me pregunto cuál es la solución a mis problemas, hace tiempo que una sensación extraña recorre mi cuerpo cada vez que te pienso y cada vez que me doy cuenta de que poco a poco te estoy perdiendo, de que nuestro tiempo fue efímero. Tu recuerdo comienza a ser etéreo y sin darme cuenta estás desapareciendo de mi día a día.
Se me parte el alma cada vez que olvido algo tanto o más que cuando lo recuerdo. Es dura tu ausencia, pero es más duro saber que nunca sabrás lo mucho que te extraño.
Pero te fuiste, y hace tiempo que mi rumbo está ligeramente perdido, hace tiempo que me pregunto cuál es la solución a mis problemas, hace tiempo que una sensación extraña recorre mi cuerpo cada vez que te pienso y cada vez que me doy cuenta de que poco a poco te estoy perdiendo, de que nuestro tiempo fue efímero. Tu recuerdo comienza a ser etéreo y sin darme cuenta estás desapareciendo de mi día a día.
Se me parte el alma cada vez que olvido algo tanto o más que cuando lo recuerdo. Es dura tu ausencia, pero es más duro saber que nunca sabrás lo mucho que te extraño.
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