Quiero esas tardes de primavera, o de principios de verano sobre la arena de la playa, con el olor a mar inundando mis fosas nasales y los últimos rayos del sol luchando por sobrevivir. Quiero ese cielo rojizo por la calima y ver las primeras estrellas aparecer en el firmamento. Quiero reír y que mi risa se mezcle con el sonido de las olas, que su espuma en la orilla se lleve las preocupaciones mientras me acaricia los pies. Quiero saltar sobre el agua sin que me importe mojarme y sentir como, poco a poco, cae la noche y refresca el ambiente. Quiero ver salir la luna, seguirla con la mirada hasta que se posicione en lo más alto, sobre nuestras cabezas y contemplarla sin pensar en nada, concentrarme solamente en respirar.
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