¿Por qué no piensas antes de hablar? ¿Por qué no te tragas tus palabras antes de soltarlas por esa boca? ¿No sabes el daño que pueden hacer? ¿Sola? Sí, quizás algún día esté sola, y quizás sea bueno, o quizás no, pero seguro que al menos estaré tranquila.
Lo único que pedía era un poco de comprensión, un poco de tranquilidad para calmar mis nervios, porque me basta y sobra con lo mío, como para que encima añadas más cosas a la pila de desastres en la que se está convirtiendo mi vida. Lo que no entiendo es cómo, después de todos estos años, todavía me siguen afectando tus palabras, por qué todavía lloro cuando dices esas cosas que no quiero oír, y lo peor es que nunca lo oirás salir de mis labios porque no puedo mirarte a los ojos y decirte que me haces daño, y tengo que fingir una sonrisa cuando en realidad por dentro estoy inundada en lágrimas.
¿Y ahora cómo sigo, si ya no tengo fuerzas?
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