Ese lugar donde nadie te juzga, donde tus pensamientos pueden fluir sin miedo a ser prohibidos, donde eres uno más, y te aceptan como eres. Es ahí donde puedes encontrar a gente como tú, con tus mismas inquietudes, con tus mismos deseos y preocupaciones, gente a la que no buscas, pero que te encuentra. Y puedes comportarte constantemente como si nadie te viera, sin tener que fingir, sin actuar frente al mundo. Puedes bailar frente al espejo, cantar a todo pulmón, soltar todas tus ideas, y enriquecerte con todo aquello que los demás te proporcionan. Nadie te pide nada a cambio, ni tú pides nada de vuelta. Solo quieres quedarte ahí, siempre, por siempre.
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