jueves, 13 de diciembre de 2012

Ink

Me gusta ver fluir la tinta desde la punta de la pluma, ver cómo el papel se impregna con cada una de mis ideas, cómo las palabras van cayendo como gotas de lluvia sobre la acera, y pensar que algún día entrarán por sus pupilas. Y voy llenando hojas y hojas de alocados pensamientos, de sensaciones prohibidas y de recuerdos difusos. Voy dejando mi huella en el blanco de sus ojos, sabiendo que será imborrable, y que estará ahí por siempre. Y cuando el tintero está vacío, contemplo lo que he escrito, y sólo soplo a la llama que aún titila en la vela, para que la oscuridad lo oculte, y lo guarde todo en el olvido.

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