Él era el sol y ella la luna. Él grande, brillante, cálido espléndido; ella tímida, apagada, y cada vez más fría y triste. Pero el destino los había hecho así, totalmente incompatibles, había decidido que se vivieran su romance desde la distancia, separados por lo que parecían años luz, y viendo abrirse entre ellos un abismo cada vez más grande, al ritmo que se expande el universo...
domingo, 28 de agosto de 2011
The universe
Sus ojos. Del azul del cielo y poblados de destellos color de miel que hacían las veces de estrellas. Esos ojos que la hipnotizaban, y que cada vez que se cruzaban con los suyos, la embarcaban en un viaje que se le antojaba, como poco, intergaláctico. Mas no solo eran sus ojos lo que la dejaban sin palabras, también estaba su boca que, como un agujero negro, absorbía su oxígeno, dejándola sin respiración cada vez que la abría, ya fuera para hablar o simplemente para llenarla de aire. Se maravillaba también cada vez que su corta melena rojiza ondeaba al viento, como lenguas de fuego alrededor de su cabeza.
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Que bonito y triste al mismo tiempo, me ha encantado :) bst.
ResponderEliminarAlgo triste pero precioso de todas formas.
ResponderEliminarMe encanta ♥