¿Sabes cuando tus pasos te llevan inevitablemente a un lugar? ¿Cuando te diriges hacia él, sin saber qué estás haciendo ni por qué? Es tu subconsciente, tu instinto, el que te guía, el que mueve tus pies, uno primero, el otro después, una y otra vez hasta alcanzar esa meta desconocida, quien te guía entre la multitud esquivando todos los obstáculos, sin permitirte un tropiezo. Y cuando llegas al extraño lugar, ya no te preguntas por qué estás ahí, ni cómo has llegado, sabes que es donde debes estar, que es el lugar al que perteneces, donde puedes sentir la calidez del hogar, envolviéndote y penetrando en cada poro de tu piel...
