Te juro que no te entiendo y, a veces creo que no te entiendes ni tú. Solo me gustaría que me dieras un motivo, que me explicaras que es lo que nos ha llevado a esta situación y a lo mejor así podríamos solucionarlo. Pero que sea rápido, porque tengo paciencia, pero no tanta y ya he esperado mucho tiempo.
Ya hace mucho que nuestras vidas afluyeron al mismo río y durante el largo recorrido hemos aprovechado y disfrutado todo lo que hemos podido, pero, por lo visto, estamos llegando ya al mar y es el momento en que nuestras vidas vuelven a separarse. Nos adentraremos en el inmenso océano del mundo, y quién sabe si quizás no volvamos a encontrarnos...
No te queda otra, sigue nadando, avanza y, a lo mejor, algún día, podremos, cómo los salmones, regresar al río donde un día nos separamos...
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